¡Aquí está la nota de prensa! Con esa frase el gerente de comunicación de una empresa finalizó la conferencia durante la cual se hizo el lanzamiento de un nuevo producto, que en teoría se convertiría en toda una sensación entre sus clientes. Pero, pese a que -en teoría- ya se había dado a conocer el producto, como no estaban claros de qué es la comunicación corporativa ni se guiaron por una estrategia, pocos minutos después uno de los colaboradores de atención al cliente de ese gran negocio preguntó a otro de sus compañeros “¿de qué se trata ese producto?”.

Más tarde los noticieros y radios en sus entregas informativas de la tarde, como parte de sus compromisos comerciales, dedicaron a penas 10 segundos de su programación para decir “hoy se hizo el lanzamiento de esto (fin de la “noticia”). Nada se dijo de las bondades o utilidad del producto en el que se invirtió miles de dólares solo para el lanzamiento, no se habló del valor agregado para la marca ni hubo una promesa de venta. Es decir, los medios no entendieron el mensaje pero cómo hacerlo si ni los propios colaboradores de la empresa lo sabían.

El error fue prácticamente el que suelen cometer muchas instituciones públicas y privadas: pensar que la comunicación corporativa participa únicamente como organizador de la conferencia y entrega del kit de prensa. Esto no es suficiente para fortalecer la reputación e imagen de la empresa, garantizar la aprobación de la sociedad al nuevo producto y tampoco se integra como una de las fases del marketing.

Cuando hablamos de método nos referimos a una serie de pasos, estructurados de forma lógica y estratégica para poner en contacto a la empresa no solo con los medios de comunicación, sino con el resto de públicos que de forma directa o indirecta tienen participación en el funcionamiento del negocio y el consumo del producto.

Comunicación corporativa: de adentro hacia afuera, no al revés

Debemos entender que como área de Comunicación Corporativa es nuestro papel diseñar un mensaje y una estrategia para llevarlo hacia nuestro público objetivo interno y externo e incidir en su conducta frente a la empresa.

A nivel interno buscamos que los colaboradores se apropien de la filosofía, valores, misión, visión, cultura, que entiendan sus servicios, productos, lo que hace y por qué lo hace la empresa. Nuestros planes de comunicación deben iniciar desde adentro.

A lo externo buscamos que stakeholders- aquellas personas o instituciones cuyo trabajo se relaciona con el nuestro-  también entiendan a nuestra empresa y nosotros a ellos. No debemos confundir a estos grupos de interés con nuestros clientes que son quienes consumen y pagan el producto o servicio.

Andrew fue muy tajante al explicar que las empresas deben entender que el público interno es tan importante como el externo. Una vez que lo hagamos podemos iniciar con el diseño de nuestro mensaje:

• Qué diremos.
• A quién se lo diremos.
• En qué forma lo diremos.
• Cómo lo transmitiremos- porque no solo se trata del uso de los medios de comunicación social y digital.
• Cómo nuestro mensaje aportará a la reputación, imagen y consolidación de la marca. 

Por su parte, nuestra nueva adquisición, Sol, agregó que también es importante tomar en cuenta lo que el cliente espera y piensa de nosotros, así como de nuestros servicios. De esta manera podremos dar la respuesta con el mensaje apropiado.

Cómo diseñar nuestra estrategia de comunicación corporativa

Me pareció interesante que ambas lograran identificar elementos importantes y determinantes para la gestión de la comunicación corporativa que, repito, trasciende de una simple convocatoria para conferencia y un comunicado de prensa, y llega hasta la elaboración de una estrategia que tenga como punta de lanza los objetivos comerciales de la empresa.

En segundo lugar, la descripción del target al que apuntamos, desde sus hábitos de consumo, hasta localización, nivel de ingresos, estilo de vida, entre otros.

Luego debemos hacernos la pregunta del millón: ¿Cómo lo hago? La respuesta será el marco estratégico para posicionar y generar una reacción hacia quienes nos dirigimos.

Después de ello damos rienda suelta al plan de acciones tácticas encaminadas al cumplimiento del “cómo lo hago”.

Una vez que sabemos qué hacer vamos a determinar las responsabilidades internas de cada una de las acciones tácticas, asignaremos presupuesto y finalmente nos vamos a trazar indicadores de rendimiento que nos permitirán valorar si la estrategia fue un éxito o un fracaso. Aquí es importante tener siempre entre las prioridades la atención al cliente y las formas de medirla, como la que te explicamos en este artículo.

De esta manera, el equipo de SEMIOSIS determinó la importancia, uso y fases de la comunicación corporativa en la empresa durante un fuerte cuestionamiento que nos hizo nuestra directora de contenido y muy obsesiva con el trabajo, Gisella Canales… ¡te queremos!